Yin Shaojie, por su lado, no lucía culpable. Con tranquilidad, le dijo. —Le he buscado un lugar para que se quede temporalmente ya que no puede ir a su casa.
Mu Xiaoxiao tenía un mal presentimiento de esto. —¿Dónde? —le preguntó.
¡Por favor que no sea lo que se está imaginando!
...
Una vez que dejaron a An Zhixin, Mu Xiaoxiao y Yin Shaojie entraron al condominio.
Al ver lo rápido que caminaba, Yin Shaojie se estiró para tomarle el brazo, hacer que retrocediera y la abrazó.
—Esposita, ¿estás enojada? —usó su tono de mimos.
Mu Xiaoxiao se volteó para mirarlo, y de una forma peculiar le respondió: —¿Por qué no la invitaste a vivir acá? Yo puedo quedarme en el piso de abajo y así ustedes tendrían tiempo para recordar viejos tiempos juntos.
Yin Shaojie tenía otras propiedades en aquella cuadra de lujosos condominios, y había dejado que An Zhixin se quedara en uno temporalmente.