Al momento siguiente, un brazo apareció repentinamente y sostuvo el brazo de la chica.
La chica chilló: —¡Ayuda!
Mu Xiaoxiao saltó de miedo y retrocedió unos pasos.
Luego comenzó a ver la situación con claridad. Ahí había un hombre de mediana edad tirando con fuerza de la chica.
El hombre maldijo: —¡Maldita bruja! ¡no te atrevas a escapar de nuevo! ¡sólo te estoy pidiendo que acompañes a alguien por unos tragos, no que te prostituyas! ¿por qué tienes que correr? ¡me estás haciendo perder el control!
Mientras él hablaba, su mano abofeteaba la cara de la chica.
Mu Xiaoxiao frunció el ceño ya que la escena la hacía sentir incómoda.
La chica lloró y dijo: —No, no quiero ir… ¡ayuda! ¡puede alguien salvarme!
Era claro que la chica tenía mucho miedo mientras trataba de mantenerse firme, rehusándose a ir con él.