Fue en ese momento que Yin Shaojie apareció lentamente. Se apoyó contra la pared y la miró.
El sol se estaba ocultando. La luz naranja que emanaba del brillo del atardecer se filtró a través de la ventana y bañó su cara, acentuando sus agudos y atractivos rasgos, incrementando su encanto. —¿Estás actuando tímida ahora? —le preguntó él, su voz magnética era divertida.
Mu Xiaoxiao tenía la sensación de que su apariencia era inusualmente sexy. Su voz y el tono de la misma parecían seducirla.
Por suerte, las luces de la habitación estaban apagadas. Él no podía ver lo avergonzada que estaba, ¿o sí?
—¿Quién está actuando tímida? ¡apúrate, ven aquí y dame un masaje en los hombros! Me duelen mucho, ¿está bien? —le dijo ella, pretendiendo estar calmada.
Temiendo que la descubriera fuera de su papel, se dio vuelta y le dio la espalda.
Ella escuchó el sonido de sus pasos acercándose lentamente al sillón.
Supo que él había llegado.