Al escuchar lo que dijo, Han Qiqing quedó en blanco por un momento. De pronto, una perversa sonrisa apareció en su rostro a medida que decía: —Tú dijiste… ¿qué él tomó una ducha fría?
Mu Xiaoxiao asintió, sintiéndose confundida y preguntó: —Dime, ¿qué tiene que ver dormir en la habitación con tomar una ducha fría? ¡no hay conexión!
Han Qiqing apretó la boca riéndose: —¡Por supuesto que la hay!
—¿Cómo es eso? —Mu Xiaoxiao la miró sorprendida.
—¿Eres tonta, Xiaoxiao?, realmente estoy dudando de que hayas estado en Los Estados Unidos por cuatro años. La cultura ahí… lo que sea, son tan abiertos de mente. ¿Y no sabes lo que significa? —Han Qiqign agitó la cabeza lamentando su ingenuidad.
—¿Qué? respóndeme primero, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? —Mu Xiaoxiao estaba muy molesta porque la había llamado tonta.