Bai Meijiao estaba evidentemente ansiosa cuando fue directo a quitarle la bolsa de las manos. —¡Préstame la bolsa un momento!
Wu Hao estaba desprevenido y casi perdió la bolsa. Por suerte reaccionó rápido y evadió su mano a tiempo antes de que ella pudiera tocar la bolsa. —Estas son cosas para el Joven Maestro Jie. ¿Qué quieres? —la miró, cuestionándola.
—¡Y... Yo sólo quiero ver! ¿Puedo ver? —Bai Meijiao estaba tan ansiosa que no le importó mentir, sólo quería revisar la bolsa. De todos modos, Wu Hao era más alto y más rápido que ella, dejándola sin oportunidad.
Bai Meijiao fue delicada cuando lo miró y gritó: —¡Wu Hao! ¿Ahora que terminé con el Joven Maestro Jie vas a tratarme como basura?
Antes, él solía adularla, incluso la llamaba cuñada. Ahora, su actitud parecía haber cambiado demasiado.
Wu Hao sonrió avergonzado y dijo: —Por supuesto que no. Pero...exactamente, ¿Qué estás tratando de hacer? ¿Puedes decirme?
