Aunque Yin Shaojie había crecido con Mu Xiaoxiao, nunca había probado nada hecho por ella. ¡¿Qué derecho tenía éste tipo de hacer eso entonces?!
Mu Xiaoxiao lo entendió y, con un vistazo, supo que estaba a punto de explotar de furia.
Apresuradamente explicó: —No, no lo es. Fue preparado por el cocinero de la casa. No puedo cocinar en absoluto, soy una idiota en la cocina…
Miró a Han Qiqing a su lado. Sonriendo, continuó: —A diferencia de Qiqing. ¡Qiqing es realmente increíble! La cocina de su mamá compite con la de un chef de cinco estrellas, y Qiqing ha estado aprendiendo a cocinar de su mamá desde que era pequeña, ¡así que su comida es realmente sabrosa! Si alguna vez tienes la oportunidad de hacerlo, deberías probar su cocina, ¡o definitivamente te arrepentirás!
Le abrió los ojos a Lu Yichen, esperando que el accediera a comer las gachas de avena de Han Qiqing.