—¡Yin Shaojie! —el rostro de Mu Xiaoxiao estaba rojo mientras lo fulminaba con la mirada de modo acusador—, ¡Eres un mentiroso! Ya lo dije, pero tú aún…
¡Éste imbécil! ¡Era el peor!
Mu Xiaoxiao levantó los puños y le dio un puñetazo en el pecho.
En la esquina del pasillo estaba Mamá Yin, quien fue lo suficientemente inteligente como para no hacer ruido esta vez. Oculta en la esquina de la pared, había estado enviando fotos no deseadas, capturando toda la bondad de los tórtolos que la pareja promulgaba.
Cuando finalmente quedó satisfecha con las fotos, esperó por un momento oportuno antes de apresurarse a bajar las escaleras sin que los tortolitos se dieran cuenta.
Mamá Yin sonrió a su marido mientras le decía: —Cuando se casen, convertiremos estas fotos en un montaje de video y lo reproduciremos.
¡Qué sorpresa tan romántica!
...
En el hospital.
