Entonces, Mu Xiaoxiao lo empujó lejos y corrió a la casa.
—¡Bruja! —Yin Shaojie la alcanzó rápidamente con sus piernas largas.
ㅡ¡Ah! —justo cuando Mu Xiaoxiao estaba pasando la puerta, él la atrapó y la empujó contra la pared, puso sus manos sobre la misma y la dejó atrapada entre ellas.
—¿Qué dijiste? ¿Puedes decirlo de nuevo? —Yin Shaojie sonrió encantadoramente, pero sus ojos le daban la sensación de peligro al mirarla.
—Je je —Mu Xiaoxiao se hizo la tonta y rio, agitando las pestañas inocentemente y dijo—: ¿Qué dije? ¡Lo olvidé!
El atractivo rostro de Yin Shaojie se acercó quedando sólo a unos centímetros de su pequeña cara.
Sus sensuales labios se transformaron en una débil sonrisa y su seductora voz era tan agradable como el sonido de un violín. —Oh, ¿lo olvidaste?
