—¿Cómo conoces a Xiaoxiao? —preguntó. Su mirada estaba clavada en Lu Yichen como si no se moviera.
Incluso Mu Xiaoxiao, quien solía ser densa, podía sentir el calor en su mirada.
Sin embargo, era inevitablemente curiosa. ¿A Han Qiging le gustaba Lu Yichen?
Tiró de Han Qiging y bajó la cabeza. Apoyándose en su oído, dijo: —¿Puedes ejercer algo de control en esa mirada? ¡Estás siendo demasiado obvia!
—¡Xiaoxiao, date prisa y dímelo! ¿Qué pasa contigo y Lu Yichen? ¿Por qué están sentados juntos y bebiendo? ¿Puede ser que… estás en una cita?
Han Qiging de pronto pensó en esa posibilidad y miró a Mu Xiaoxiao con el corazón roto.
—¡Claro que no! No digas tonterías. —sintiendo que la atmósfera estaba algo incómoda, se apresuró a decir—: Pequeña Qiging, deberías irte primero; te explicaré la próxima vez. Deja de causar problemas aquí.
