Mu Xiaoxiao saltó del sofá. Preocupada de que Yin Shaojie continuara su interrogatorio y expusiera sus planes, se apresuró al estudio.
—Estoy aburrida. Préstame tu computadora para jugar.
Ahora que lo pienso, no la he tocado desde que regresé y de pronto tengo ganas de jugar algunos juegos.
—¡Espera! —de pronto, Yin Shaojie corrió precipitadamente y le bloqueó el camino. Con una mirada severa en su atractivo rostro, dijo—: El estudio está prohibido excepto para mí. No puedes entrar.
Mu Xiaoxiao hizo pucheros de disgusto. —¿Qué quieres decir con «prohibido»? ¿Por qué no puedo entrar? ¿Podría ser que…
Soltó una risita sugerente. Señalándolo, le preguntó: —¿Será que estás escondiendo pornografía ahí dentro?
Yin Shaojie agarró su dedo en un rápido movimiento, empujándolo hacia ella, antes de usar su otra mano para golpear enérgicamente su cráneo.