—Creo que este conjunto es profesional y formal. Si me ha llamado para criticar mi sentido de la moda, entonces me voy.
Ella ya lidiaba con mucho en el trabajo.
Después de regresar a casa para cambiarse de ropa, fue directamente a la oficina de Hai Shang para entregar los nuevos documentos del contrato. Ella acababa de llegar a la oficina, y ni siquiera había tenido tiempo de hidratarse.
—Ja ja —él se rio con facilidad y la miró a los ojos—. Como era de esperar de alguien que se benefició del nepotismo, tan llena de ego. Esta noche, te mostraré lo que realmente significa obtener "beneficios".
Lu Zhaoyang inhaló profundamente y se obligó a calmarse. ¡El hombre era irritante! ¿Por qué diablos era tan popular entre las mujeres? y, ¿podría ser un poquito más serio, por el amor de Dios?
—Recién le entregué personalmente a Hai Shang el nuevo contrato. No habrá más errores esta vez. Por otro lado, usted tiene una reunión con el presidente de Lin Financial a las 3 de la tarde, ¡no lo olvide!
Él lucía como si no hubiese hecho otra cosa en toda la mañana más que recibir un masaje de Mo Shan.
A veces, realmente deseaba que Huo Yunting quedara en bancarrota. El hombre no parecía estar tomando su posición como presidente lo suficientemente en serio, con su actitud despreocupada hacia todo lo que lo rodeaba.
Huo Yunting ignoró los papeles en su escritorio y le hizo un gesto para que se acercara. —Dame un beso, y los firmaré—dijo.
La boca de Lu Zhaoyang se estremeció. —¡Esto es la oficina!
¡Qué hombre insaciable, exigirle algo a ella solo por una firma!
—¿Y qué si es la oficina? Hemos hecho cosas más extremas, ¿no?
—Tengo una petición —ella cedería, pero no sin recibir algo a cambio.
—Oh, mostrando algo de agallas ahora, ¿no es así? —su mano derecha descansaba sobre su escritorio y comenzó a dar golpecitos rítmicamente.
—No importa si no está de acuerdo. Es solo una firma. La pérdida de decenas de millones es insignificante en el libro de contabilidad de Thunderbolt Corp. No creo que a usted le importe, señor presidente.
Estiró la mano para coger los documentos, pero Huo Yunting rápidamente agarró su muñeca, la cual era blanca como la nieve.
Lo miró y preguntó tranquilamente: —¿Ah cambiado de parecer?
—Vamos a oírla —él acarició suavemente la clara y sedosa piel de su muñeca.
—Quiero inspeccionar las cintas de seguridad del departamento de secretaría.
Alguien se había metido con los documentos del contrato que ella había preparado. Esa persona debió haberse entrometido en su espacio de trabajo para cometer el crimen.
Huo Yunting recordó cómo casi le había ofrecido su chaqueta la noche anterior. ¿Qué pensaría ella de él si supiera eso?
Él dejó de acariciarla y presionó en su piel sus cuidadosamente recortadas uñas. —No, prueba con otra cosa.
—Esa es mi única solicitud. Entonces, ¿vas a firmar los papeles o no?
Ella dejó los papeles otra vez. Incluso sin su aprobación, ella encontraría una manera de investigar por su cuenta.
Huo Yunting soltó su muñeca. Estaba por agarrarla cuando una pluma negra aterrizó directamente en su mano derecha. Él levantó una ceja con curiosidad.
La mujer había sido su secretaria el tiempo suficiente como para conocer sus hábitos.
Luego de que los documentos fueron firmados, Lu Zhaoyang los reunió una vez más y salió de la oficina rápidamente, y tal vez sintiéndose aliviada.
Huo Yunting apuntó a un portaplumas marrón y lanzó su pluma en un ángulo perfectamente calculado. La pluma aterrizó exactamente dentro del portaplumas.
Luego, levantó el teléfono que estaba a su lado y habló en voz baja: —Remueve las cintas de seguridad del departamento de secretaría entre las tres y media y las cuatro de esta la mañana.