Después de empujar a su padre bruscamente hacia un lado, siguió alejándose de él, y como si hubiera algo sucio en su boca, se la frotó con fuerza con el dorso de su mano.
¡Su corazón sollozaba sin lágrimas!
Su primer beso... ¡había sido robado por ese hombre!
Su rostro estaba cubierto con desprecio, lo que confundió a su padre.
Mirando a su hijo desconcertado, se preguntaba qué había hecho para merecer tal mirada de desprecio por parte del pequeño.
El niño escupió unas cuantas veces en el suelo y continuó su acción de frotarse su boca mientras miraba a su padre con total asco.
La boca de Mu Yazhe se movió.
¿Este pequeño me odia porque toqué sus labios con los míos?
Yun Shishi y el Pequeño Yichen intercambiaron miradas eufóricas cuando al fin lo vieron sano y salvo. El más joven de su familia se lanzó de cabeza a los brazos de su madre y gritó:
