De alguna manera, la aburrida y sosa comida sabía increíblemente deliciosa en su boca.
El hombre era un fanático de la limpieza.
Normalmente odiaba el contacto con la piel de cualquiera.
Ya fuese besando o tocando, le repugnaba totalmente cualquier forma de contacto con otro.
En contraste, estaba sediento de tal intimidad con esa mujer.
La alimentación boca a boca, originalmente había sido el método más primitivo de alimentación.
Los recién nacidos no tenían habilidades motoras, por lo que las madres los alimentaban de esa manera.
Sin embargo, ahora, la mayoría de las parejas encontraban que tal método era difícil de aceptar.
Ese pedazo de ostra había estado antes en su boca, pero esa mujer se lo había arrebatado de forma muy natural sin la más mínima repulsión en sus ojos.
Esa forma de intimidad le hizo sentir una cálida sensación en lo más profundo de su corazón.