Ella estaba sinceramente agradecida con la chica. Dulce y bondadosa, fue como un ángel para ella.
Eso fue hasta aquel día fatídico en el baño, cuando escuchó un sonido sofocado en el cubículo de al lado.
Después de ese leve jadeo y un ligero sonido de lucha, se oyó la voz tensa y asustada de Rou'er.
―Director, ¿puede ser más gentil? ¡Rou'er está herida! Buu… buu… buu…
―Rou'er, sé buena y no grites, ¿de acuerdo? Otros no deben oírnos.
―Director, ¿podemos saltarnos esto hoy? Rou'er usará su boca para hacerlo, ¿de acuerdo?
―Muy bien. ¡Rou'er esa tan buena chica! Más tarde, te traeré unos caramelos… em…
Se alarmó al escuchar la voz tensa y contenida del director dentro del baño de las niñas.Ingenua y joven, no pudo entender lo que estaba pasando en ese momento, y todo le pareció muy extraño.
Sin convicción, se acercó más al cubículo.