Li Chengze le sonrió. Con un grácil porte, preguntó amablemente:
―¿A qué familia pertenece esta linda dama?
Yun Shishi estaba aturdida. Ella quería ignorarlo; no era una joven señorita ya que no había nacido como noble.
Ella permaneció apática porque no quería llamar la atención, pero él lo interpretó como si fuese tímida y suavizó aún más su voz:
―¿Puedo preguntarle cómo me dirijo a usted?
Yen Minglan fue completamente ignorada. No reflejó ninguna expresión, pero lo estaba maldiciendo en silencio. ¡Qué inmoral! Es un hombre, en verdad. ¡Perdiendo la cabeza sólo por ver a esta hermosa presa!
Se atreve a desear a la mujer del Maestro Mu…
¿De dónde sacó las agallas para hacerlo?