―Papá…
El pequeño Yichen se frotó repentinamente el pecho, sus cejas se ciñeron profundamente.
―Mi pecho está un poco apretado.
―¿Qué pasa? ¿Por qué tienes otra vez el pecho apretado?
Se vio una ligera angustia en el rostro de Mu Yazhe.
Yichen agitó la cabeza, confundido. Actuando tímidamente, hizo un gesto y respondió: ―No lo sé, pero está muy apretado y adolorido. Se siente horrible.
Acarició la cabecita de su hijo. En ese momento, hubo otra conmoción en la entrada.
―¡Oh Dios! Qué hermosa…
Una apasionada multitud de reporteros de los de medios de comunicación se apiñaron en el otro extremo de la alfombra roja.
Yun Shishi, con una sonrisa elegante y atractiva, tenía su brazo alrededor del de Gu Xingze, mientras entraban ambos con gracia.
En el momento en que aparecieron, fueron el centro de la atención, innumerables ojos fueron puestos en ellos, los que estaban llenos de sorpresa, celos, desdén y duda.