Eran gemelos en primer lugar; sus ojos eran especialmente idénticos.
La única diferencia eran sus auras.
El pequeño Yichen, aunque era infantil, tendía a parecer serio y arrogante, lo que encajaba con su identidad como hijo de un hombre rico. Era indiferente y no era fácil de acercarse a él.
Li Hanlin se murmuraba a sí mismo en ese momento: ―Después de todo, carece de amor maternal.
Yun Tianyou preguntó con la cabeza en alto a cambio: ―¿Significa eso que carezco de amor paternal?
―Incluso sin su padre, el director Yun ha logrado crecer fuerte y estable.
No obstante, el asistente Li tenía otros pensamientos en su mente.
En realidad, no era un crecimiento fuerte y estable, sino que anormal, para ser más preciso, una anomalía genética. Tenía un súper cerebro y ya es tan intrigante a tan tierna edad…
Yun Tianyou frunció el ceño y parecía preocupado.