Si los ojos pudieran matar, Yun Shishi ya estaría hecha mil pedazos.
¡Maldita sea!
—Xingze, ¿es tu pareja? —preguntó uno de los tantos reporteros sorprendidos.
Gu Xingze sonrió y asintió.
—¿Cómo se llama? ¿Puedes decirnos?
Dirigió su mirada hacia Yun Shishi y le envió una señal con sus ojos.
Yun Shishi se sonrojó de manera sutil debido al nerviosismo que sentía. Por suerte, tenía un lindo maquillaje que cubría su nerviosismo y sus preocupaciones.
Era la primera vez que caminaba por la alfombra roja y, de inmediato, tuvo que estar frente a tantos reporteros con sus cámaras. Esta ocasión no era para nada inferior a cualquier festival mundial de cine.
Su apariencia por sí sola ya era extremadamente atractiva.
Sus labios se doblaron formando una sonrisa encantadora y su voz agradable llegó a sus oídos como una brisa primaveral.
—Hola, amigos de los medios de comunicación, buenas noches. Soy Yun Shishi.