Aaron no sabía por qué los profundos ojos que lo miraban hacían su corazón temblar.
De repente se sintió incómodo. Su conciencia culpable evitaba que pudiese levantar su cabeza.
El hombre que tenia al frente estaba parado en el pináculo del poder y podía controlar todo con tan solo un movimiento de su mano. Su aura majestuosa natural causaba miedo en la gente.
Él se había atrevido a traicionar a este hombre intimidante…
Incluso ahora, Aaron estaba en un estado de conmoción. Si el jefe se enterara que había manipulado ese reporte, sin duda alguna sería Mu Yazhe en persona quien se ocuparía de él.
Justo cuando pensaba en esto, Mu Yazhe levantó sus ojos y dijo: —¡Aaron!
—¿Sí…?
El hombre preguntó con una sonrisa ambigua: —¿Cuánto tiempo has estado conmigo?
—Jefe, he estado con usted por 4 años — respondió Aaron de manera sumisa con su vista baja.