Cuando llegó a casa, Lin Che estaba a punto de salir.
No se sentía cansado ya que sólo hizo un viaje a la Ciudad S. Era mucho más sencillo que el trabajo habitual que hacía aquí. Miró a Lin Che, la empujó hacia él y le dio un beso en los labios.
Lin Che no tuvo tiempo de reaccionar. Ya la besaba una y otra vez delante de las criadas.
Le mordió la lengua hasta que se le entumeció. Luego, la liberó.
Su mano seguía sosteniendo su rostro mientras le preguntaba: —¿Encontró esa amiguita tuya un lugar donde quedarse? Esa Wesley.
Lin Che lo apartóde ella. Hasta ahora, él todavía no le había dicho nada sobre el asunto del hospital y aun así se atrevía a besarla.
Se limpió la boca con fuerza delante de él y le respondió: —Por supuesto que sí. ¿Pensaste que todo el mundo estaría haciendo las cosas por fuera como tú?
Se dio la vuelta, sin saber que sus labios ya estaban arrugados y eso la hizo parecer extremadamente enojada.