GuJingze la cogió con ambas manos cuando la bolsa cayó al suelo.
Lin Che le gritó mientras golpeaba sus hombros con sus puños.
—¡Hum! Me mentiste. Me mentiste—reclamó Lin Che. Sus pequeños puños golpeaban con toda su fuerza. GuJingze la cargó y no pudo evitarla,solo podía fruncir el ceño mientras aguantaba sus golpes.
GuJingze tenía todo un equipo detrás de él. Estaban asombrados mientras los miraban.
Esta Lin Che era muy osada. Incluso se atrevió a golpear a GuJingze delante de ellos.
Estaban casados y estaba bien que tuvieran sus peleas en casa. Pero ahora, tanta gente estaba mirando...
Sabían que no era gran cosa. Sin embargo, éste era GuJingze después de todo y estaban acostumbrados a su control. Ahora, estaba siendo golpeado por Lin Che frente a sus subordinados. No estaban acostumbrados.