Gu Jingming entrecerró los ojos hacia Yin Suya.
Yin Suya lo miró y le preguntó: —¿Realmente sospechas de mí? ¿Es así?
Gu Jingming bajó la cabeza, pero no pudo ocultar su intensa y aguda mirada.
Yin Suya nunca lo había visto así.Este lado de él sólo se mostraba cuando estaba tratando con sus rivales políticos.Pero ahora él la miraba de esa manera.
Yin Suya sintió que había cambiado. Incluso empezó a sospechar de ella.
Después de un tiempo, recuperó su compostura habitual y miró a Yin Suya.
—Lo siento, Suya. No tuve más remedio que sospechar de todos los que me rodeaban. No quería sospechar de ti, pero hay una posibilidad, así que te llamé.
—Has cambiado, Jingming—dijo Yin Suya mientras le miraba.
—¿Qué?—preguntó Gu Jingming, moviendo los ojos para mirarla de nuevo.
—Antes no eras así—explicó Yin Suya.
Gu Jingming frunció el ceño y dijo: —Tienes que entender que las circunstancias son diferentes a las de antes. Yo…