Yu Minmin quería decir, "hay mucha gente mirando. No seas así..."
Sin embargo, Gu Jingming bajó la cabeza y le mordió el labio. Sus brazos rodeaban sus hombros mientras la presionaba en el asiento trasero del coche.
—No... Gu... —exclamó Yu Minmin—. Hay gente.
Gu Jingming levantó la mano. Sin necesidad de palabras, el chofer ya entendió rápidamente. Presionó algo y un tabique negro se levantó repentinamente en el coche, separando al chofer y a los pasajeros en la parte de atrás. El asiento trasero se convirtió de repente en un espacio privado independiente.
Gu Jingming se inclinó y miró fijamente a Yu Minmin, que respiraba pesadamente en la oscuridad. Yu Minmin estaba completamente presionada por él. Todas sus extremidades estaban sostenidas firmemente por él. Además, el espacio era estrecho y no podía moverse en absoluto.
—No, las ventanas...
—El vidrio es opaco, los de afuera no pueden ver nada —respondió y su voz ya era áspera.
