Gu Xiande ahuecó las manos en forma de saludo y dijo a la gente de la sala: —Está bien, está bien. Ya soy muy viejo, pero aun así he molestado a todo el mundo para que viniera aquí. Me disculpo de verdad.
Todos lo felicitaron al unísono y dijeron: —Viejo Gu, feliz cumpleaños.
—Viejo Gu, muchas felicidades en este día.
—Está bien, está bien. Siéntense todos.
Por supuesto, Gu Xiande fue directamente a la mesa principal. Miró a todo el mundo y sonrió, diciendo: —Gracias por las molestias de los últimos días.
—Abuelo, feliz cumpleaños —dijo Gu Jingze y algunos otros más jóvenes.
Gu Xiande se veía muy contento mientras se sentaba. Aunque siempre dijo que le gustaba la tranquilidad, últimamente sentía una sensación de satisfacción cuando veía a todos reunidos.
En ese momento, varios familiares que no tenían sitio en la mesa principal vinieron a brindar por Gu Xiande.