Gu Jingze estaba volando como un dios que descendía del cielo.
Lin Che estaba tan emocionada que casi quería correr directamente a sus brazos.
Sin embargo, en ese momento.
El hombre de allí armó su arma.
Lin Che se asustó y ella rápidamente agarró el hombro de Gu Jingze. —Gu Jingze, hazte a un lado...
Ella empujó a Gu Jingze al suelo, pero un grito vino de atrás.
Lin Che todavía estaba aturdida. Cuando levantó la cabeza, vio a Mo Huiling sosteniéndose de su propio hombro mientras se sentaba en el frente. Sangre fresca brotaba de su ropa gris.
Lin Che se congeló y rápidamente dijo: —Gu Jingze, esto es malo. Mo Huiling ha recibido un disparo.
Detrás de ellos, los hombres de la familia Gu ya detuvieron al grupo a toda velocidad.
Mientras tanto, Mo Huiling sostuvo su hombro mientras lloraba. Su rostro estaba pálido y su voz era ronca. —Voy... ¿Voy a morir? Me voy a morir, ¿verdad? Jingze, sálvame. Sálvame por favor…
--
