—Realmente no tienes romance en ti, Gu Jingze. Si no tuvieras dinero y esa hermosa cara tuya, creo que definitivamente no podrías tener una novia. Eres demasiado duro para llevarse bien contigo.
GuJingze solo se aferró a la frase de ella: —¿Crees que mi cara es hermosa?
—…—
Lin Che lo miró sin palabras. —Sí, sí, sí, eres guapo. Tú, narcisista.
Gu Jingze dijo: —Tú eres el que me encuentra guapo. Tú eres, obviamente, el que me adula. ¿Cómo es que soy el narcisista?
Pasó junto a Lin Che, haciendo que ella lo mirara mientras le preguntaba: —¿No amas mi cara?
—…—
Lin Che respondió. —No.
GuJingze sonrió ligeramente. —¿Realmente no?
—¡No! Además de ser una cara ligeramente más atractiva, no tiene nada de especial —replicó Lin Che.
GuJingze tomó sus manos y bajó la cabeza para mirarla a los ojos. Sus ojos oscuros brillaban como la noche tranquila y lluviosa. Hizo que sus ojos se humedecieran junto con los de él también.