—¡Bastardo! ¡Y-y-yo no sé cómo!
—Ja, ja, te enseñaré.
—No, no, no.
Lin Che estaba avergonzada. "¿Estar arriba?". Ella no sabía en absoluto cómo hacerse cargo de esa manera.
Gu Jingze no pudo controlar su risa. Esta Lin Che ya lo había hecho muchas veces, pero cada vez que salía el tema, aún se comportaba de forma tan tímida como una niña. Por eso, disfrutó aún más provocarla.
—¿No? Cuando llegue el momento, dirás que sí—contestó Gu Jingze de forma informal como si fuera un hecho.
Él parpadeó y sus largas pestañas parcialmente cubrieron el brillo interior de sus ojos.
Lin Che sintió que él era tan guapo… Era casi una sensación como si ella estuviera cayendo en su corazón, pero rápidamente se dio la vuelta.
—Bastardo, come tu comida.
Enojada tomó una bolita de comida y la metió en su boca.
Luego de tragar, él recordó que ella uso sus manos para tocarla.