Al tocar su suavidad, la cara de Lin Che se volvió hacia él y lo siguió todo su cuerpo. Parecía que ella era mucho más descarada bajo la influencia del alcohol. Su voz también era más femenina.
Al escuchar sus suaves gemidos, sintió que su cuerpo se derretía.
Mirando a Lin Che, no pudo resistirse y dejó el asiento. La presionó en el coche.
Lin Che solo podía sentir su cuerpo convertirse en gelatina. Ella no pudo evitar gemir periódicamente. Podía sentir cada toque en su mente mientras su cuerpo perdía el control.
Cada minuto y cada segundo se sentía como un hermoso sueño. Ella no quería abrir los ojos. Ella no quería despertarse.
Gu Jingze observó su expresión y se sintió feliz por su habilidad para complacerla.
Era como si le gustara especialmente verla revelar sus verdaderas emociones y ser incapaz de resistir sus avances.
Ese parecía ser el mayor cumplido para él. Fue más satisfactorio que cualquier otra cosa.
