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Chapter 18 - Capítulo 18: Esposito, Estoy Ebria

Lin Che miró a Qin Qing. Tal vez era porque había bebido demasiado vino, pero se había vuelto mucho más impulsiva.

—¿Y si ya los ofendí?

Qin Qing palideció, soltó un suspiro y respondió:

—Puedes creer que está bien ofender a Gu Jingyu. Pero su hermano mayor es nuestro actual jefe, el presidente de la empresa, Gu Jingming. Además, el segundo hermano es el misterioso magnate de los negocios, Gu Jingze. Estas personas están involucradas en negocios inalcanzables para nosotros. Así que es mejor que te mantengas alejada de la familia Gu. ¿Entiendes?

Lin Che sintió que su mente se sumía en el caos.

—¿Y cómo podría yo conocerlos? Como sea, está bien. Solo déjame ir. Deberías preocuparte por cuidar de Lin Li. No necesitas preocuparte por mí.

—Pero...

Cuando Qin Qing la miró, ella apartó su mano con sus delgados dedos. La suavidad de su palma le hizo perder la razón por un momento.

Y en ese momento, Lin Li ya los había alcanzado.

Lin Che miró a Lin Li por última vez antes de empezar a reír fuerte. En el estupor de su ebriedad, se fue dejando a un preocupado Qin Qing que la miraba retirarse.

Sin embargo, Lin Li agarró a Qin Qing y le preguntó:

—¿Es cierto lo que acabas de decir? ¿Gu Jingyu tiene una familia tan poderosa?

—Sí. Pero parece que Lin Che de verdad ha crecido. Ya no es la niña que era —respondió Qin Qing, que seguía mirando en la dirección en que Lin Che se marchó.

Al escuchar eso, las delicadas cejas de Lin Li se juntaron. Ella no quería escucharlo hablar de Lin Che. Además, ya se sentía mal al pensar en cómo Lin Che acababa de sentarse con el comúnmente distante Gu Jingyu.

Ahora, Lin Li estaba ardiendo de envidia al enterarse de que Gu Jingyu no era una simple celebridad, sino también el joven de una poderosa familia.

"¿Cómo se las arregló Lin Che para captar la atención de Gu Jingyu?".

Cuando Lin Che salió del pasillo, chocó con alguien. Levantó la cabeza y vio al mayordomo Hu. No pudo evitar sonreír.

—Mayordomo Hu, ¿qué haces aquí?

—Madame, está ebria. Vine a llevarla a casa.

Al oír que la llamaba "madame", pensó que eso era aun más gracioso.

"¿Podría yo ser considerada una madame?".

***

Mientras el mayordomo Hu la llevaba a la casa, ella estaba aturdida. Y cuando Gu Jingze escuchó el ruido que provenía del exterior, salió hacia la puerta con grandes pasos.

Sin embargo, tan pronto como llegó a la puerta, un cuerpo suave y flexible cayó sobre él.

Cuando Gu Jingze se recuperó, sintió la carne tierna de sus pechos presionando contra el suyo, haciendo que su corazón temblara. Pero al siguiente momento, vio el rubor rojo en sus mejillas.

Sus pestañas se agitaron un poco y sus labios eran como delicados y jugosos pétalos de flores. Su oreja se frotaba contra su cuello, haciéndole cosquillas.

Se quedó helado mientras fijaba sus ojos en ella.

—¿Qué está pasando?

El apestoso olor a alcohol asaltó sus sentidos olfativos como si la mujer acabara de salir de un tanque vino.

—Oye... —pronunció Lin Che mirándolo.

Gu Jingze frunció el ceño. Sus ojos brillantes se veían profundos e insondables.

—Esposito, ya llegué.

—…

Gu Jingze no tuvo más remedio que seguir abrazándola, porque si la soltaba, no dudaba que caería al suelo.

Eso solo hizo que los criados presentes estuvieran inquietos; temían que Gu Jingze hiciera daño a la Señora debido a su arrebato de cólera.

—¿Por qué bebiste tanto? —preguntó infeliz antes de lanzar miradas a las personas que los rodeaban.

De inmediato, todos se retiraron de la habitación en silencio, dejándolos solos en la casa.

—Oh, tuvimos nuestra fiesta de inauguración hoy, esposito.

La expresión de Gu Jingze se oscureció cuando sintió que su mano lo acariciaba despreocupada.

—¿Como me llamaste?

Lin Che tentó a la suerte y puso ambos brazos sobre él, enroscándolos alrededor de su cuello.

—Esposito, ¿o como quieres que te llame? Ya estamos casados, así que, por supuesto, eres mi esposito, ¿verdad?

—Llámame por mi nombre —respondióél de forma lenta.

—Ze...

—Tú…

Gu Jingze estiró un brazo sobre su cuerpo y la levantó en sus brazos, llevándola al dormitorio.

Durante el viaje a la habitación, Lin Che no se quedó quieta, frotando su cara por todo el pecho de Gu Jingze. Era como un gatito, lo que hizo que se sintiera aún más frustrado.

Solo después de arrojarla a la cama, sintió que el calor de su cuerpo disminuía un poco.

Él también acababa de regresar a casa y no tuvo tiempo de cambiarse de ropa. Incómodo por su corbata, se estiró para aflojarla antes de mirar a la mujer despeinada en su cama.

En realidad, se veía un poco lamentable. Por lo que miró hacia abajo y aflojó un poco su ropa para hacerla sentir más cómoda.

Para su sorpresa, ella agarró su corbata y tiró de ella, haciendo que él cayera sobre su suave cuerpo de inmediato. Con ambas manos al lado de su cabeza, él miró su cara de cerca. Muy de cerca.

Sus mejillas eran exquisitas. Era como si se hubiera puesto una pizca de rubor. Se asemejaban a una manzana madura. Con la barbilla levantada, sacó la lengua para lamerse apenas un poco los labios.

Tal acción causó un gran revuelo en sus regiones inferiores.

—Maldita sea…

Después de murmurar para sí mismo, Gu Jingze sintió que algo andaba mal cerca de su pecho.

Cuando miró hacia abajo, los pechos de Lin Che estaban justo debajo del suyo. El cuello medio abierto expuso una gran parte de su escote blanco y suave.

Lin Che se veía muy delgada, pero aun así, los lugares de su cuerpo que debían ser muy carnosos estaban allí.

Era la primera vez que Gu Jingze miraba el cuerpo de una mujer a una distancia tan cercana y en una posición tan incómoda.

Su mirada se profundizó y, girando su cuerpo, se separó de ella. Mirando hacia arriba, se tendió en el otro lado de la cama mientras respiraba hondo.

Gu Jingze pensó en cómo su cuerpo parecía haber mejorado mucho después de haber cambiado su medicina hace poco. Su enfermedad no brotó a pesar de haber estado en contacto directo con Lin Che.

Giró la cabeza y vio que la mujer a su lado estaba quieta, por ahora.

La piel de Lin Che era mucho más clara que la de cualquier otra chica, a pesar de no trabajar mucho para mantener su apariencia. Su palidez natural complementaba muy bien su belleza.

Ella no se veía mal.

Incluso el rubor en su rostro causado por el alcohol le sentaba bien, sumando a su encanto. Era como una flor recién abierta, con un color brillante y atractivo.

Entonces, Lin Che comenzó a inquietarse de nuevo.

—¿Qué demonios? ¿Por qué nadie ha encendido el aire acondicionado? —preguntó extendiendo la mano para estirarse la ropa—. Voy a morir de calor.

Al escuchar sus palabras groseras, Gu Jingze quería dejarla sola para que muriera allí.

Sin embargo, cuando giró la cabeza, la vio estirar su ropa con torpeza en varias direcciones, en un intento inútil de quitársela. Reflexionó un poco antes de volver hacia ella.

—Deja de hacer eso. Te ayudaré.

A pesar de decir eso, la verdad era que no tenía idea de dónde poner sus manos. A su edad, nunca había atendido a una mujer.

Pero al final, se las arregló para levantar su ropa y comenzó a bajar la cremallera en la parte de atrás. Su piel fue expuesta de inmediato; y sintió como si la primavera hubiera llegado.

Lin Che se sintió mucho más cómoda y no tardó en quitarse la ropa como pudo.

Su ropa interior de encaje apareció de inmediato.

—Tú... ¡Lin Che!

"¿Tiene ella alguna consideración por sí misma? ¿Acaso recuerda que es una mujer?".