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Al ver que Mu Feiran no se veía tan bien cuando salió, el grupo se apresuró a ayudarla.
—Hermana Feiran. ¿Estás bien...?
Xiaofang se asustó muchísimo.
—Estoy bien, estoy bien. Bebí para disculparme, vámonos.
Xiaofang preguntó:
—¿Así que lo dejamos ir así? Claramente te acosó.
Mu Feiran respondió:
—¿Qué más podemos hacer? Olvidarlo, no peleemos con él. Evitaremos problemas si podemos.
Xiaofang no estaba contento, pero sólo podía dejar que Mu Feiran se fuera a casa a descansar.
Dentro, el dueño del club nocturno consoló a Mu Feiran y luego le dijo al joven amo Chen:
—No nos pongamos quisquillosos, ella es ordinaria y es mayor. No es tan divertido para ti. Verás, tenemos chicas de diez y ocho y diez y nueve años que son perfectas para ti. Sin lugar a dudas, te tratarán muy bien.
—Hum. Sólo quería probar con una celebridad, pero ella me lo hizo difícil.