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No podían seguir tolerándolo. Tenían que desafiar al Equipo de Batalla Serpiente Saruman y usar la verdad para demostrar que eran un equipo muy terrible.
El atractivo de las batallas en equipo era mucho más complicado y hermoso que las individuales. Eso hablaba de detalles concretos. Sólo esos fuertes imperios tenían sus propios estilos. En cuanto a regiones como el Sistema Solar, no podían ni siquiera formar un equipo completo. Y la princesa en realidad pasaba tiempo con este grupo de gente de bajo nivel. ¡La mente maestra era definitivamente Wang Zheng!
Wang Zheng, que estaba entrenando, no paraba de estornudar. ¿Quién pensaba tanto en él?
—¡Hermano Wang Zheng, me debes una grande! —dijo Huiyin riéndose. La linda princesita era muy inteligente. Podía ver que Wang Zheng la estaba usando para levantar la moral.
Wang Zheng se rio.
—Lo sé. La próxima vez que haya algo divertido, te llevaré conmigo.
