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Realmente quería averiguar cómo Wang Zheng y el resto sería capaces de sobrevivir a los intentos del asesinato.
Sólo costaba 50 millones adicionales para matar a tres más. Qué robo.
Disfrutando de la luz del sol, la sonrisa de Lear era especialmente brillante. Para él, el mundo parecía un tablero de ajedrez con piezas con las que podía jugar a su antojo. Todo esto se debía a su herencia. Su poder había sido bien escondido por el viejo, e incluso hasta ahora permanecía oculto. Sin embargo, a medida que su poder empezó a aumentar, comenzó a exponerlo gradualmente. Lear no estaba para nada ansioso, porque quería disfrutar de este proceso de convertirse en rey. De principio a fin, todos los demás eran sólo el reparto de apoyo a su historia. Estaba destinado a convertirse en el rey de una nueva generación, una generación iniciada por sus propias manos.