Kendis cogió las ruedas con facilidad, y había espacio para que se tomara un pequeño respiro. En el otro lado, Wang Zheng también se las había arreglado para alcanzar el ritmo. En ese momento, la trayectoria de las ruedas doradas había empezado a cambiar. Ya no venían derechas.
El mayor problema de las ruedas doradas era el cambio de trayectoria. Incluso si se utilizaba el sistema de recuperación automatizado, sólo podía guiar al piloto a grandes rasgos, si no, afectaría a la velocidad de rotación. En una batalla real, chocar o golpear un objetivo duro con las ruedas afectaría significativamente la velocidad.