Nadie se atrevió a hablar. La mayoría de la gente que había asistido a esa clase antes ya estaba entumecida por el olor. Algunos expertos habían venido preparados con tiras limpiadoras de nariz internas para permitirles perder el sentido del olfato en las próximas horas. Era realmente demasiado nauseabundo y causaría que uno perdiera el apetito. Si se permitieran las máscaras para los ojos, probablemente habría mucha gente que querría probarlas.
*Bang.*
La cuchilla del maestro Carnicero fue apartada de un golpe y descansó en la mesa de disección.
—Ahora, comencemos la clase. Traigan todo.
Sus asistentes llevaron a todos los Zergs de uno en uno. La lección era sobre la disección de Zergs. Eran criaturas repugnantes como grandes cucarachas y estaban acostados sobre su vientre. Mirando su tamaño, deberían ser larvas en vez de Zergs adultos.