Totalmente diferente de lo que opinaba Wang Zheng, Lear creía que ese Mundo de los Santos era una muy buena herramienta. Al principio, pensó que ese mundo era de un poder o incluso una organización secreta controlada por un país. Pero después de haber investigado el asunto por un tiempo, especialmente sobre el tema del propósito de la Iglesia Santa, llegó a la conclusión de que, aparte del dinero, ese mundo virtual no parecía estar controlado por ninguna organización.
Si bien existían algunas organizaciones en el Mundo de los Santos que, en cierto sentido, eran muy fuertes, desde la perspectiva de Lear, no se trataba más que de un grupo de niños de primaria. Competían por poseer artes de lucha y su objetivo final era sacar dichas artes del mundo virtual. Pero habían pasado por alto la cantidad de recursos del Mundo de los Santos: ahí había un grupo enorme de talentos, todos de varias partes de la Alianza de la Vía Láctea. Ahí había una gran cantidad de riqueza.