En el Mundo de los Santos, Wang Zheng llegó a la sala de prueba. Se podría decir que la verdadera esencia de ese mundo radicaba en las pruebas utilizadas para templar a los individuos.
Había una gran variedad, tenían incluso más patrones que el Cubo de Rubik. Era una gran ayuda para Wang Zheng y además estaba especialmente interesado en ese tipo de entrenamiento. Algunas cosas incluso podrían incorporarse al entrenamiento de los soldados de las Fuerzas Especiales. En ese aspecto, el Mundo de los Santos era mejor que el ejército.
Cuando apareció ese hombre enmascarado de hierro negro, toda la sala de prueba se emocionó. Los ojos de todos estaban llenos de fanatismo. En el Mundo de los Santos no faltaban jugadores poderosos con talento o, mejor dicho, ese era un mundo milagroso. No había forma de ingresar si no se tenía cierto nivel. Confianza, arrogancia, orgullo, eso era lo más común.