Gu Te se sentía orgulloso. Ese era el significado de la vida. Originalmente pensó que lo habían forzado a un punto muerto, pero en la oscuridad apareció un rayo de esperanza. Esos cuatro realmente le hacían feliz.
Al alcanzar la edad y posición de Gu Te, lo único que quedaba era discutir y competir contra otras personas similarmente viejas y prestigiosas. Sin embargo, lo más importante era probarse a sí mismos que también podían ser un buen director y desarrollar a sus estudiantes de la mejor forma posible.
A su edad, retirarse discretamente de la sociedad era el equivalente a negar los logros de toda una vida. ¡Tenía que salir por la puerta grande! Ser mediocre era algo indeseable.
En el grupo de personas, Yan Xiaosu, Ye Zisu, An Mei, Du Qingqing, Yao Ailun y Chen Xiu eran los más ruidosos.