—Wang... Zheng, te recuerdo. Parece que llegaste a la universidad de Ares ¿No?—exclamó Zhao Lingfeng.
—Sólo fue un golpe de suerte.
Wang Zheng estaba demasiado avergonzado para decir algo más. Nadie conocía los antecedentes de su familia y ZhaoLingfeng fue lo suficientemente considerado como para no exponer los asuntos de su familia frente a sus actuales compañeros de clase.
—Lingfeng, ¿Quiénes son esas personas?
Una chica delgada y alta con una cola de caballo y atuendo deportivo se acercó a ellos. No era exagerado cuando se decía que la Universidad de Beijing era un paraíso para enamorarse. El estudiante Wang no pudo evitar mirarla un par de veces más.
Tal vez fue el ejercicio lo que hizo que su rostro se llenase de un resplandor rojizo que exudaba una sensación de alguien muy saludable y en forma.