La persona que vino a entregar la computadora, después de ver tal escena, sacó un grueso sobre de papel amarillo de su bolso y dijo:
—Esta es la compensación que le dio el caballero, un total de 50.000 yuanes. Por favor, cuente.
Luego, se lo entregó a Yu Lili. Yu Lili agarró el sobre y vio las cinco pilas de billetes dentro.
Sacando 1100, arrojó el resto a Xu Jing y mencionó:
—Ten. Esto es tuyo. Sin embargo, aún no está todo claro. Ahora tenemos las pruebas y los testigos. Todos saben que quisiste estafarme por más de cien mil. Hermana Xu, ¿sabes cuál es la condena de eso?
La cara de Xu Jing de pronto se puso tan pálida como un trozo de papel.
Yu Lili vio esto y sonrió, radiante.
—¿No eras arrogante hace un momento? ¿Qué está pasando ahora? ¿No querías demandarme? Ve y haz la demanda, Xu Jing. Puedes ser una mala persona, pero no seas tan descarada aquí —comentó Yu Lili que obviamente fue aún más arrogante que antes.
