En el momento en el que Su Qianci subió las escaleras, oyó que gente gritaba. Una persona con una gorra y una máscara salió corriendo deprisa. Solo pudo verle los ojos. Cuando el hombre la vio, la miró brevemente antes de salir corriendo. Sin embargo, la gente empezó a rodearlo. Muchas personas vestidas de civil sacaron pistolas y gritaron:
—¡Alto, policía!
El hombre dio un paso atrás, pero estaba rodeado de oficiales con ropa de civil. Todo el mundo corría, con miedo de convertirse en una víctima del fuego cruzado. Y Su Qianci no fue una excepción.
Sin embargo, ella era la que más cerca estaba de él en la multitud. Él se acercó a ella y le cogió la mano, acercándola hacia él. Ella gritó de terror.
—No me toques. ¡Suéltame!
Él le puso un cuchillo en la cara. Su primera reacción fue la de resistirse.