El invierno en el sur era suave comparado con el del norte. Aunque la capital estaba cubierta de nieve, hacía un día soleado en Kingstown. Era la segunda vez que Rong Haiyue acudía al río Kingstown. La primera vez había sido hacía doce años cuando le suplicó que volviera con él. Ella no paraba de llorar, le llamaba "hermano" y lloraba mientras le decía que no. Él perdió la cabeza por la rabia e hizo algo imperdonable. Durante veintidós años, ella parecía estar tranquila y en calma, pero él sabía que nunca lo había perdonado.
Cuando llegó a aquel sitio familiar de nuevo, Rong Haiyue sintió algo extraño. Hace más de veinte años, no había iluminación y la hierba era lo bastante alta como para esconder fácilmente a alguien.
—¡Ah!
Ese grito trajo a Rong Haiyue a la realidad.
