La rueda de prensa acabó pronto. El capitán Li, Qin Shuhua y todos los parientes volvieron a casa. Los invitados también se dispersaron. Ou Ming, Yu Lili, Luo Zhan y Cheng You se quedaron con Li Sicheng y Su Qianci en una sala privada.
—Cheng You, ayuda a Luo Zhan a encontrar el hotel australiano en el que nos hospedamos y consigue las grabaciones de las cámaras de seguridad de los días en los que estuvimos allí.
—¡Sí, señor!
—Luo Zhan, ayúdame con la información de los vuelos de ese día.
—De acuerdo.
—Ou Ming.
—¿El polígrafo, verdad? Lo tengo.
—No, no es eso —mencionó Li Sicheng; sus ojos eran oscuros mientras giraba para mirar a Su Qianci—. Quiero que me ayudes a probar mi inocencia. Mi esposa parece no creerme, ¿no es así?
Su Qianci se sintió un poco culpable después de esas palabras. ¿Era verdad que no le creía? Ella quería, pero... Tang Mengying no parecía estar mintiendo.
