Al oír la voz de Lu Yihan, Su Qianci sacudió la cabeza y preguntó:
—¿Por qué has venido?
—¿Me lo preguntas a mí? Ayer me diste un susto de muerte. Primero me llamas y haces todo ese ruido. Después cuando llamé a la policía y me presenté allí, estabas cubierta de sangre en los brazos de Li Sicheng...
Enseguida, Lu Yihan se dio cuenta de que estaba a punto de contarle el secreto y paró de hablar.
A Su Qianci le hizo gracia y dijo:
—Ya lo sé.
Al oír eso, Lu Yihan le miró los ojos hinchados y exclamó:
—¿Cómo te enfrentas con personas así? Esa gente es basura. Son traficantes de drogas y uno de ellos ha escapado. Por suerte, alguien lo encontró en la playa. Parece que intentó huir con dinero, pero fue atacado por tiburones. Ha perdido la mitad de las piernas, ¡qué horrible!
—¿Está muerto?
—Aún no, pero está medio muerto. Se lo merece totalmente.
—¿Qué ha pasado con los demás?
