Cuando él sintió su toque frío, extendió la mano para sostenerle la muñeca suavemente mientras su mirada profunda se encontraba con sus ojos claros. Momentos después de eso, sonrió alegremente. —Hmm, está bien. No soy tan débil cómo crees. Todo lo que necesitas hacer es confiar en mí.
Ella le lanzó una mirada y dijo inocentemente: —Parece que tienes muchas cosas en mente, así que estoy un poco preocupada.
—Han pasado demasiadas cosas recientemente. No he podido resolver mucho, pero no te preocupes. Después de estos dos días, cuando te den de alta, estaré bien para quedarme en casa contigo y tener unos días de inactividad juntos. ¿Por qué? ¿De repente eres consciente y sabes cómo tenerme lástima? —bromeó mientras sus ojos brillaban con una luz alegre.
—No estoy preocupada por ti. Estoy preocupada por el fantasma. —ella no pudo evitar poner los ojos en blanco mientras sus labios rosados se fruncían ligeramente antes de permitir una sonrisa.
