La aguda mirada de Qi Qiming estudió esas fotos. Cuando tuvo una mirada clara de quién era, sus ojos se oscurecieron. Miró a Gu Lingsha y preguntó: —¿Qué es esto? ¿Por qué Qi Lei estaría con Xi Xiaye?
—También quiero saber por qué. De hecho, esa noche, se fue a beber con Mu Yuchen y el resto —los ojos azules de Gu Lingsha brillaron con un toque de soledad cuando dijo con un poco de amargura—. Tal vez no está contento de que no nos haya importado lo suficiente. El incidente con la tía Wang sigue siendo una barrera que es difícil de superar, así que a él ya no le importa el destino de la compañía.
—Esto es todo por mi culpa. ¡No pude enseñarle bien! —Qi Qiming se lamentó con molestia. Lo pensó un momento y luego la miró—. Has trabajado duro en éste tiempo. ¡Todos esos accionistas son un grupo de personas inútiles que ni siquiera pueden encontrar una solución cuando hay un problema!
