Sin embargo, parecía que tenía algunos problemas con las piernas, ya que estaba en una silla de ruedas y un hombre de traje negro lo llevaba.
Xi Xiaye lo miró por un momento. Ella sentía que le parecía familiar por alguna razón, pero no podía recordar dónde lo había visto antes.
El hombre del traje negro lo llevó cerca de Xi Xiaye y se detuvo. El hombre en la silla de ruedas miró a Xi Xiaye y a Mu Zirui. Su mirada se dirigió rápidamente al botiquín médico, así como al brazo vendado de la niña.
Xi Xiaye volvió a sus sentidos y se inclinó ante el hombre disculpándose. —Lo siento. ¿Eres el padre de esta pequeña niña?
Los ojos de Qi Feng parecían parejos. Fijó su mirada en Xi Xiaye mientras ponía una expresión gentil. En lugar de responderle, llamó a la niña: —Weiwei, ven aquí. —su voz era profunda y parecía que su garganta no se sentía muy bien.
