Había silencio en el interior de la oficina cuando un fresco aroma a flores permaneció en la entrada en el momento en que ella entró en la habitación. Provenía de las flores cerca de la ventana.
Xi Xiaye miró alrededor de la oficina y no encontró a nadie, así que entró más y escuchó una respiración profunda. Rápidamente, ella echó un vistazo.
Entonces se dio cuenta de que alguien estaba tumbado en el sofá. Como se esperaba, encontró al hombre durmiendo allí. Incluso tenía su pequeño abrigo sobre él, pero se veía muy pálido y fruncía el ceño también. No se veía cómodo en absoluto.
—¿Qué pasa? —preguntó Xi Xiaye.
Mu Yuchen no le respondió a Xi Xiaye mientras comenzaba a toser; la tos sonaba realmente ronca, así que ella puso su mano en su frente con inquietud. Para su alivio, su temperatura parecía ser normal.
Ella no quería despertarlo al ver lo cansado que estaba. Luego sacó una manta del armario cercano y lo cubrió.
