Luego, Gu Qiwu le dio a Gu Lingsha un vaso de agua.
Ella detuvo lo que estaba haciendo y se sentó en el asiento vacío al lado de Gu Qiwu. Después agarró el vaso de agua y tomó varios sorbos antes de responder: —En realidad no ¿No sabes cómo es mamá? Nunca se preocupa por eso, y estoy segura de que sabes que es bastante indiferente a la mayoría de las cosas. Ella sólo se preocupa por ti.
No pudo evitar molestarlo aún más: —Ella sólo tiene sus ojos para ti, padre. Ni siquiera yo no le importo mucho. Ella siempre me llama para hablar de ti.
—¿Qué dijo ella de mí? —Gu Qiwu entrecerró los ojos hacia Gu Lingsha, una sonrisa rara y gentil apareció en su rostro.
—¡Ella dijo que sólo tienes tiempo para trabajar y no hay tiempo para ella! —Gu Lingsha se rio.