Por supuesto, la serie de acciones que realizó Qi Lei, Qi Qiming no las dejó pasar ya que prácticamente lo miró durante toda la reunión. Por supuesto, Qi Lei lo sabía, pero no le importaba. Además, no eran las primeras dos o tres veces que hacía esto.
A Qi Qiming no le gustaba éste hijo suyo, pero era flojo al tratar con una persona tan mezquina.
Sintió que Qi Lei se estaba volviendo cada vez más mimado. Probablemente debido a que Qi Lei lo enojó, sintió que su cuerpo estaba a punto de colapsar, especialmente cuando limpió todas las cosas de Wang Qin sin dejar nada atrás. Ni siquiera dejó un par de zapatillas que Wang Qin había usado, y cuando terminó de limpiar, ¡quemó todas las cosas que no podía llevar consigo sin dejar un solo rastro!
Cuando se enteró de esto, estaba furioso en casa. Muchos de los sirvientes de la residencia Qi fueron despedidos por eso. Además, tuvo que descansar unos días antes de recuperarse debido a que vomitó sangre por estar enojado.