Xi Xiaye no estaba segura de por qué, pero sentía que se había vuelto cada vez más frágil desde que lo conoció. Nunca hubiera dicho algo tan emotivo como eso antes, pero ahora podría decirlo sin dudarlo.
Sus emociones podrían afectarla fácilmente. Ella estaría feliz por su alegría y se sentiría triste por su dolor. En otras palabras, ella se volvió mucho más emocional.
Estaba llegando a conocerlo mejor, y sus sentimientos por él se acumulaban cada vez más a medida que pasaban los días. Ella quería demostrar su amor por él a través de sus acciones.
El Sr. Mu estaba encantado de escuchar estas palabras provenientes de Xi Xiaye, y su corazón se derritió como un algodón de azúcar. —Entonces, ¿puedo dejar mi protección en tus manos?
Xi Xiaye sonrió, frunciendo los labios y asintiendo levemente mientras le quitaba la corbata. —Muy bien, ve a tomar una ducha ahora. Traeré tu ropa.
